Qué difíciles de escribir son estas líneas, que jamás imaginamos que deberíamos llegar a escribir.
La pérdida, repentina y a destiempo, de Patricia (madre, compañera y amiga) deja un hueco y un vacío que va a ser tremendamente difícil de llenar.
Un pedacito de nuestro corazón se va con ella. Pero, a la vez, queda por siempre un trocito de Patricia en todos sus compañeros y compañeras, en los niños y niñas que a lo largo de estos años han tenido el privilegio de que fuera su maestra y, en definitiva, de todos los que llegamos a conocerla y a quererla como la persona cálida y entrañable que fue.
Cuando pasen los días, nuestras lágrimas se sequen y este dolor que hoy sentimos sea menos intenso, recordaremos a nuestra Patri siempre sonriente, cercana, llena de cariño para todos, enamorada de su profesión de maestra de Infantil, cuidando de sus hijos, de su familia, de sus compañeros y compañeras y de sus alumnos y alumnas el tiempo que tuvimos la suerte de compartir con ella.
Entre todos lo superaremos, como Comunidad, como ella hubiese querido, acompañando a sus hijos y a los que fueron sus alumnos.
Cuanto te vamos a echar todos de menos.